"Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho"
Con la información disponible al 31 de marzo de 2001, es posible señalar que la aplicación de una política económica disciplinada y prudente de parte del Gobierno de Transición ha sido favorable. Igualmente lo han sido, los esfuerzos del Estado por recuperar la institucionalidad y equilibrio de poderes en el país. No obstante, el escenario internacional desfavorable y la falta de definición electoral continúa impidiendo una recuperación más pronunciada.
31. ¿Cuál es la situación de la actividad económica al primer trimestre?
En marzo de 2001, el PBI habría descendido por cuarto mes consecutivo. De esta manera, el PBI en el primer trimestre habría caído en aproximadamente 2.5 %, por debajo del 0.5% señalado en el Programa.
A nivel sectorial, esta nueva caída del PBI estaría explicada en gran medida por la caída del PBI pesquero y del PBI del sector construcción. En el caso de la pesca, su caída está vinculada a las vedas programadas durante el periodo. En el caso de la construcción, que ha caído por séptimo mes consecutivo, su descenso está asociado al derrumbe de la inversión pública y privada y del crédito bancario.
32. ¿Cuál es el estado del cumplimiento de metas al primer trimestre del 2001?
Según cifras preliminares, se habría cumplido holgadamente con las metas previstas para el primer trimestre del año en el marco del acuerdo Stand-by recientemente suscrito con el FMI. No obstante, la actividad económica aún no muestra signos de una recuperación importante. A continuación se presenta un cuadro de indicadores macroeconómicos que resumen la ejecución al primer trimestre y las proyecciones para el segundo trimestre.
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33. ¿Qué factores han influenciado el desempeño económico?
Las razones que justifican el estancamiento de la actividad económica son tanto de índole interno como externo. En el plano interno, la incertidumbre
asociada con el proceso electoral mantiene deprimidos al consumo y la inversión privada. Adicionalmente, la necesidad de restaurar la disciplina fiscal ha hecho necesario realizar un ajuste importante, hecho que también restringe la reactivación de la demanda interna.
De otro lado, el deterioro del escenario externo que se describirá en el siguiente acápite afectará directamente a la actividad económica a través de una menor demanda por exportaciones, especialmente en el componente tradicional. Este impacto ya se está reflejando en las cifras al primer trimestre. Así, mientras se esperaba un nivel de exportaciones de US$1,800 millones para el primer trimestre, las ventas al exterior superaron sólo ligeramente los US$1,600 millones. De esta manera, tal como se ha señalado, las expectativas de crecimiento para el año serían afectadas una vez más, esta vez principalmente por un deterioro del contexto internacional.
34. ¿Cuál es el impacto esperado sobre el Perú de la desaceleración de la economía norteamericana y japonesa, y de la crisis en Argentina?
Las menores perspectivas de expansión económica de los países industrializados, sin lugar a dudas, afectará el desempeño de los países emergentes, entre ellos, el Perú. No obstante, adicionalmente a los riesgos que esta situación presenta, existen oportunidades que los países emergentes deben aprovechar para incrementar sus tasas de crecimiento en el corto plazo.
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Economía norteamericana. La economía norteamericana continuará reduciendo su ritmo de expansión y en este contexto la política monetaria permanecerá manejándose con la finalidad de atenuar e incluso revertir esta pérdida de dinamismo de la actividad económica.
Los indicadores económicos se explican por sí solos. Las exportaciones y la inversión se han debilitado considerablemente, al tiempo que la confianza de los consumidores ya se había reducido hasta en 10 puntos porcentuales a diciembre. De otro lado, las condiciones del mercado laboral también muestran síntomas de deterioro. Así, el incremento del precio del petróleo ya afectó el ingreso real de la población, hecho que ha sido agravado por una mayor incertidumbre en relación con la disponibilidad de puestos de trabajo.
Los mecanismos mediante los cuales la situación de la economía norteamericana podría afectar a la región latinoamericana serían: la reducción de las tasas de interés, el debilitamiento del dólar y la reducción de la demanda por importaciones de EEUU. En el primer caso, el impacto sería favorable ya que permitiría aliviar la presión del servicio de deuda externa de los países de la región; y además, volvería más atractiva la inversión en los países emergentes. En el caso segundo, la depreciación del dólar beneficiaría principalmente a Argentina, país cuya moneda se encuentra atada al dólar. Adicionalmente, se verían beneficiados con el deterioro de la relación dólar-euro, aquellos países que tienen en Europa un mercado importante para sus exportaciones (Argentina, por ejemplo). Finalmente, la reducción de las importaciones de EEUU sí afectaría negativamente a los países de la región a través de una menor demanda por exportaciones, lo cual incidiría desfavorablemente sobre el crecimiento de los países de la región.
Japón. La economía japonesa, por su parte, en opinión de diversos analistas internacionales, continuaría con el estancamiento que vive actualmente, ante la poca eficacia que han mostrado las iniciativas gubernamentales por incrementar el gasto de Gobierno. Fiel reflejo de esta situación es la marcada debilidad que muestra el consumo privado y los deprimidos niveles de confianza de la población. Según estimados preliminares, y a la luz de la tendencia desfavorable de las exportaciones, se estima que al igual que el tercer trimestre de 2000, en el cuarto trimestre del año pasado el crecimiento habría sido negativo.
Para el 2001, las perspectivas de crecimiento para Japón se han reducido dramáticamente. Así, mientras hace sólo unos meses se esperaba un crecimiento de 2.1%, en la actualidad sólo se proyecta que éste alcanzaría el 1.0%. El impacto de esta desaceleración sobre la economía latinoamericana será, sin lugar a dudas, a través de una menor demanda por exportaciones.
América Latina. Para los países de América Latina, se espera un comportamiento diferenciado. El deterioro de las condiciones externas ha reducido las perspectivas de crecimiento en los últimos meses de 4.1% a 3.7% en promedio. Los principales riesgos que se presentan para la región como un todo son los bajos precios esperados de los commodities (con excepción del petróleo), y las pocas expectativas que existen para una disminución del precio del petróleo; y un posible endurecimiento de la disponibilidad de financiamiento hacia los países ante el incremento previsto de sus condiciones de riesgo. En el lado favorable, destaca el alivio que recibirían los países de la región en su carga por servicio de deuda externa ante el descenso de las tasas de interés.
Argentina. El caso de Argentina tiene una importancia singular porque siempre existe la posibilidad de que una crisis en Argentina, que afectaría también a su principal socio comercial (Brasil), derive en un efecto contagio que pueda generar ataques especulativos. No obstante, las recientes crisis políticas que se han observado en el país muestran que las probabilidades de retiros masivos de capitales y de presiones sobre el tipo de cambio no serían de magnitudes importantes. A pesar de ello, en cualquier caso, siempre es importante mantener una posición de liquidez internacional sólida, por lo que se requiere efectuar las acciones necesarias para asegurar el desembolso de los recursos de libre disponibilidad de los organismos multilaterales.
Adicionalmente, se requiere mantener un seguimiento cercano a la evolución de la liquidez del sistema bancario, así como del mercado cambiario, en particular de las operaciones forward.
En cuanto al impacto sobre el Perú, la reducción de aranceles en Argentina no favorecería a las exportaciones peruanas, al limitarse al ámbito del MERCOSUR. De otro lado, el incremento de los aranceles a las importaciones del sudeste asiático podría tener un impacto marginal a favor de las exportaciones peruanas, en tanto se traten de productos sustitutos. Cabe señalar que las exportaciones peruanas a Brasil y Argentina representan sólo el 4 por ciento de las exportaciones totales. Sin embargo, si hubiese una crisis regional, las exportaciones no tradicionales se podrían ver más afectadas, ya que un 27 por ciento de las mismas se orienta a América Latina.
En este contexto, es importante continuar las gestiones para incorporar las exportaciones textiles bajo el esquema de preferencias arancelarias andinas (ATPA) que compense estos potenciales efectos negativos.
Impacto sobre el Perú. Los efectos de los cambios en el escenario internacional se verían en el Perú a través de la balanza comercial y la cuenta financiera. En cuanto a los efectos sobre la balanza comercial, conviene precisar que el 29% de las exportaciones del Perú se dirigen hacia EEUU, 10% se dirige hacia Asia y 15% es destinado a los países de América Latina. La menor demanda por exportaciones de EEUU y Asia (por el contagio de Japón) tendría dos efectos: primero, uno directo (menor demanda de EEUU y Japón) y luego, uno indirecto (dado que una menor demanda de estos países afectaría el crecimiento de los países de América Latina). Esta menor demanda por los bienes de exportación del Perú afectaría negativamente los términos de intercambio y los volúmenes de exportación. Sobre el particular, el impacto sobre los precios de las exportaciones ya ha comenzado a reflejarse en cotizaciones por debajo de los estimados del programa económico.
De otro lado, en el plano comercial también se produciría un impacto por la negativa de algunos países a importar harina de pescado por la enfermedad de las vacas locas. Aun cuando el Gobierno está tomando iniciativas para convencer a los gobiernos europeos de que la harina de pescado no presenta ningún riesgo para la cadena alimenticia, si se mantuviera esta restricción, su efecto sobre nuestra economía sería moderado. Si bien la pesquería es nuestro segundo sector exportador más importante, aún en un buen año no supera el 17% de nuestras exportaciones totales. Por otro lado, Alemania, el único país que en este momento mantiene una prohibición para la importación de harina de pescado, sólo absorbe alrededor del 10% de nuestras exportaciones pesqueras tradicionales, monto que ascendería a US$ 100 MM.
En cuanto a la cuenta financiera, aún no se ha producido y no se espera una mayor salida de capitales de EEUU luego de las reducciones de tasas de interés. En lo que se refiere al sistema financiero, en las condiciones actuales, no se debería esperar un impacto muy significativo por el lado financiero, ya que la vulnerabilidad existente es mucho menor a la que existía hace algunos años.
En el lado favorable, destaca el efecto positivo que la reducción de tasas de interés tiene sobre el costo del servicio de la deuda externa del país (para este año las proyecciones apuntan a un menor servicio por este concepto de US$80MM). El sector privado, por su parte, también podría verse beneficiado por este hecho, aun cuando las condiciones de financiamiento parecerían haberse endurecido.
35. ¿Existe algún riesgo sobre el sistema financiero?
El sistema financiero peruano se ha fortalecido en los últimos años y ha enfrentado con éxito los grandes choques externos (crisis asiática, crisis rusa, crisis brasileña). Actualmente hay menos bancos, son más sólidos, y tienen menos capitales de corto plazo. Cuando ocurrió la crisis rusa, los pasivos internacionales de corto plazo de las empresas bancarias eran de alrededor de US$ 4,000 millones, los cuales posibilitaron una salida virulenta de capitales en el último trimestre de 1998 y que provocó problemas severos en el sistema financiero. Actualmente, esa deuda de corto plazo alcanza apenas a los US$ 1500 millones, lo que hace menos probable una salida fuerte de capitales.
36. ¿Cómo se han modificado las principales proyecciones de crecimiento para el 2001?
Para el presente año nuestras proyecciones apuntan a un crecimiento menor al previsto en el marco macroeconómico del año pasado. Así se estima que el PBI fluctuaría en términos reales entre el 1 y 2% de crecimiento. Estas proyecciones, que se presentarán próximamente en el Marco Macroeconómico Multianual 2002 – 2004, ya incorporan las menores expectativas de crecimiento del sector privado.